septiembre 10,2020
A pesar de su habilidad para innovar, China generalmente ha estado rezagada de otros países en el desarrollo de vacunas. Pero eso parece estar cambiando en la carrera por encontrar una vacuna contra el coronavirus, con varias empresas chinas potencialmente a la vanguardia.
Como suele suceder con China, el interrogante es: ¿Con quién estamos tratando? ¿Quiénes son los principales desarrolladores de la vacuna? ¿Qué tan avanzados están? ¿Cuál es su estrategia? ¿Cuál es su relación con el estado chino? Y, ¿qué se prevé si China llega a ser primero en desarrollar la vacuna?
De las 32 vacunas que se encuentran realizando pruebas en humanos alrededor del mundo, hay más que son de empresas chinas de las que uno se imaginaría. Las tres principales son Sinovac, CanSino Biologics y Sinopharm.
Fue la primera compañía en todo el mundo en recibir aprobación para una vacuna contra la gripe porcina en 2009. También es la única proveedora de una vacuna contra la gripe aviar. La vacuna de coronavirus de Sinovac se encuentra en la fase tres con pruebas clínicas en Brasil e Indonesia, y la compañía ya ha preparado una planta en Pekín para la producción masiva de la vacuna.
CanSino, la de menos opción entre las tres, fue fundada en 2009 en Tainjin, en el noreste de China, por un grupo de altos profesionales de varias multinacionales. Por ejemplo, el doctor Xuenfeng Yu, que tiene pasaporte canadiense, fue el director global del desarrollo de vacunas bacterianas de la farmacéutica francesa Sanofi Pasteur. La compañía se cotizó en las bolsas de Hong Kong en marzo de 2019 y de Shanghái en agosto de 2020.
En 2014, CanSino se convirtió en la tercera empresa farmacéutica en desarrollar una vacuna de ébola. En julio 2020, su vacuna de coronavirus inició la fase tres de pruebas clínicas y en agosto su patente fue formalmente aprobada en China. Las pruebas clínicas se están realizando en Arabia Saudita, México y con soldados del Ejército Popular de Liberación (EPL).
Sinopharm pertenece a la Comisión estatal para la supervisión y administración de los activos del Estado (SASAC, por sus siglas en inglés): es lo más cercano que una empresa puede estar al gobierno central y es la única farmacéutica de ese tipo en China. Sinopharm cuenta con 150.000 empleados y más de 1.500 subsidiarias, incluyendo seis compañías cotizadas en la bolsa de valores. El desarrollo de la vacuna se lleva a cabo a través de dos institutos de su subsidiaria China National Biotec Group: el Instituto Biológico de Pekín y el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan.
Este último fue el primer instituto del mundo en empezar pruebas clínicas para una vacuna de covid-19 en abril. Fue el primero en empezar las pruebas de fase tres en junio en los EAU y más recientemente en Perú, Marruecos y Argentina. También realiza ensayos con empleados del conglomerado petrolero PetroChina. El presidente de Sinopharm, Liu Jingzhen, predijo recientemente que la vacuna estaría en el mercado en diciembre 2020.
Si China llega a producir la primera vacuna de covid-19 del mundo, ¿qué pasaría a continuación? Se presume que el pueblo chino sería la principal prioridad para inoculación. Después, seguramente vendrían los países asociados con la iniciativa económica china de la Franja y la Ruta -especialmente los que hayan contribuido en los ensayos clínicos.
Más abajo en la lista podrían estar los países que han sido menos vociferantes en la guerra geopolítica entre Estados Unidos y China, como Francia, Alemania y Suiza. Pero quién sabe: China ha sido generosa -y política- al proveer mascarillas y máquinas ventiladoras a sus críticos también.